Supongo que te pasa igual que a mí, hay días que te sientes como una súper mamá la comida está hecha, la casa esta ordenada, la ropa limpia, el bebe está juicioso. ¿Pero no es cierto que en un trascurso de 30 segundos todo puede cambiar? De sentirte la súper mama ahora te encuentras sintiendo un total fracaso. sientes que no puedes tener todo bajo control, te sientes enojada, cansada, desvalorada, molesta con tus hijos, sientes una tormenta inundando tu vida, no sé si te sirve de consuelo el saber que no estás sola, todas las madres cristianas, pasamos días difíciles y necesitamos recordar la verdad, volver a poner nuestros ojos en Cristo. Me gustaría compartir contigo un pasaje que me ha ayudado mucho.

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Lo encontramos en Marcos 4:35-41. Este relato impacta mucho mi vida, pone en evidencia nuestra humanidad y la deidad y poder de nuestros Señor. Si nos damos cuenta pasajes anteriores a este vemos que Jesús había tenido un día difícil, agotador, de mucho trabajo. Al llegar la noche Jesús les dijo a sus discípulos que pasarían al otro lado del mar, embarcaron en una barca, es interesante que la barca era grande y de buen material, ya que las dos palabras que se utilizan para barca en el griego son diferentes (Barca) grande (barcas) pequeñas, según esto ellos iban a cruzar en la barca más fuerte y segura a simple vista, así que podían estar tranquilos, nadie podría pensar que algo malo fuese a suceder. Pero… Todo iba bien hasta que se levantó una gran tempestad, era tan grande esta tempestad que la barca se estaba llenando. El versículo 38 nos dice que Jesús estaba en la popa, en la parte trasera durmiendo. Y los discípulos lo despiertan y le dijeron: ¡Maestro! ¿No tienes cuidado que perecemos? Los discípulos estaban asustados, aun no conocían a quien era Jesús. Jesús se levantó, ordeno que todo cesase y la tormenta se calmó.

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Ahora, quiero preguntarte, ¿conoces tu quien es realmente Jesús? ¿Cómo enfrentas las pruebas? Sé que si hubiese ido en esa barca también estuviera asustada y temerosa a morir en las aguas. Los discípulos veían una barca grande, fuerte que estaba a punto de hundirse ¿Que estás viendo tú? ¿Ves también algo aparentemente fuerte que está hundiéndose en una tormenta, y piensas que no hay esperanza? Mi hermana, Cristo siempre está ahí para brindarte paz y calmar tu tormenta, él tiene el poder para hacerlo.  ¡Que tu fe no mengue!