Haz una pausa
¡Estos días han sido sumamente agotadores, no sé si te pase, pero siento que estoy conviviendo con un batallón! Literal… Siempre que entro a la cocina hay vasos usados, hay juguetes por toda la casa, demasiada ropa por lavar, la verdad ha sido difícil pues hay más trabajo, pero disfruto mucho el poder servir a mi esposo e hijo. En medio de todo el trabajo pesado que suele llevar el cuidado del hogar, debes considerar el hecho de hacer una pausa…. Una pausa para meditar en la obra de Cristo a tu favor… Deja que su Gracia, su Perdón, y su Amor llene todo lo que piensas, sientes y haces. Meditemos en esto:
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Si has pecado, recuerda que tienes un abogado ante el Padre (1 Juan 2:1) Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Corre en arrepentimiento al trono de la gracia. (Heb 4:16) Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
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Si no puedes perdonar, medita en el perdón inmerecido que has recibido (Ef 4:32) Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
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Si te sientes abrumada porque nada de lo que haces parece suficiente, recuerda que Cristo lleno el estándar de Dios en tu lugar y te ha justificado ante el Padre (Rom 5:1) Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
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Si te sientes sola, recuerda que Cristo te ha unido a la familia de Dios. Ya no estas lejos a causa del pecado, ahora gozas de una relación con Dios. (Ef 2:13) Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. (2 Cor 6:16-18) ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, Y seré para vosotros por Padre Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.
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Si sientes que no puedes más, deja de mirarte a ti misma. Recuerda que el mismo poder que levanto a Cristo de los muertos opera en ti. Créelo. (Rom 8:11) Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
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Si hay un problema que te perturba, recuerda que ya Cristo eliminò el mayor de tus problemas, al vivir, morir y resucitar en tu lugar. Tu mayor desgracia era una eternidad sin Dios y Cristo ya lo resolvió.
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Si te consume la ingratitud, medita en las misericordias de Dios. Sumergir tu mente en los beneficios del evangelio es el antídoto para un corazón malagradecido (Lee los primeros 11 capítulos de Romanos)
No permitas que tu vida pase tan rápido, llena de ocupaciones y actividades. Pausa. Establece momentos en los que te detengas a recalibrar tu alma con la verdad. Animo en el Señor…
2 Timoteo
3:15
Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús